Cuando tenía 10 años, el perfumista Oliver Cresp, creador de Lacoste pour Femme, se enamoró de la fragancia embriagadora de las flores de jazmín sambac, del jardín de su abuela, en Grasse, Francia. Cresp decidió concentrarse en el equilibrio perfecto entre ingredientes ricos y naturales, haciendo de Lacoste pour Femme un perfume maravillosamente femenino, enérgico y dinamizante.